• No consuma alimentos que contengan proteína de origen animal, solo vegetales
  • El 75 por ciento de su dieta debe consistir en alimentos frescos. Si la cirrosis es grave, consuma solamente vegetales y frutas frescas y sus jugos durante dos semanas.
  • Incluya los siguientes alimentos en su dieta: almendras, avena, granos y semillas y productos derivados de la leche de cabra. Las nueces deben ser crudas y solo se deben comprar las que no estén abiertas.
  • Coma muchos alimentos ricos en vitamina K. Las personas que tiene cirrosis del hígado suelen presentar deficiencia de esta vitamina. Buenas fuentes de vitamina K son los brotes de alfalfa y las verduras de hoja verde.
  • Incluya en su dieta legumbres (judías, guisantes ) y semillas. Estos alimentos contienen el aminoácido arginina, que ayuda a desintoxicar el amoniaco, un subproducto de la digestión de las proteínas.
  • Tome zumos de vegetales frescos (como zumo de remolacha y de zanahoria)
  • Tome agua mineral.
  • Como fuente de grasa utilice solamente aceites vegetales como el Aceite de Oliva Virgen Extra que es natural. Consúmalos únicamente sin cocinar como por ejemplo, en aderezo para ensalada.
  • Limite su consumo de pescado –arenque, salmón y sardina- a dos porciones semanales como máximo, y no consuma mariscos crudos ni ligeramente cocidos. Cuando el hígado está funcionando mal no puede manejar la cantidad de vitamina A que esos alimentos contienen. Evite el aceite de hígado de bacalao.
  • Mantenga limpio del hígado. Las toxinas se acumulan en ese órgano y deben eliminarse a través del colon y los riñones.
  • No utilice laxantes fuertes.
  • No tome ningún medicamento (con prescripción médica o sin ella) que no le haya ordenado su médico.
  • Evite el alcohol en todas sus formas. Elimine también de su dieta los productos de origen animal, los dulces, la leche, los pasteles, la pimienta, la sal, las especias, los estimulantes de todas las clases (incluidas la cafeína y las colas), el arroz blanco y los productos que contienen azúcar y/o harina blanca. Prácticamente todos los alimentos que se consiguen ya preparados en el comercio contienen uno o más de esos productos.
  • Lea detenidamente las etiquetas de todos los productos y evite la mayoría de las grasas. No consuma ninguno de los siguientes productos: mantequilla, margarina, grasas endurecidas, alimentos fritos o grasos, quesos derretidos o duros, nueces o aceites que hayan sido sometidos a altas temperaturas (durante el procesamiento o la cocción), patatas fritas y todos los alimentos refinados y procesados. Estos productos sobrecargan el hígado y le hacen daño.